EQUIPO Y GRUPO. DIFERENCIA Y GESTIÓN

En todo deporte que se practique (individual o de conjunto), y en el nivel que se lo haga (formativo, amateur o profesional), en todas las categorías y modalidades se trabaja con personas y por ello se tiene que tener muy en cuenta la gestión del colectivo. El componente social, resulta un elemento de diagnóstico, análisis, intervención y gestión.
 

Distinguir, grupo y equipo es necesario, ya que cada uno es un campo de trabajo específico.

  • Grupo: conjunto de personas que comparten tiempo y lugar debido a características, intereses, gustos o deseos en común. Se conforma a través de elementos subjetivos comunes.
  • Equipo: conjunto de personas que actúan en pos de conseguir un objetivo. Es el objetivo lo que configura y ordena al equipo.


Para poder conocer a un grupo basta con la observación objetiva, durante el entrenamiento, en los descansos u otro momento en que estén reunidos. Analizarlo como un sujeto de diagnóstico, sus relacionales entre individuos, subgrupos, lidere/es, lenguajes, etc. Esto  brinda pautas de intervención para el entrenador/a. Se pueden pensar estrategias para potenciar los aspectos positivos y subsanar lo negativo.

Identificar si el grupo es cohesionado, dividido o fracturado; activo o reactivo ante las amenazas externas (derrotas, lesiones) como a las situaciones internas (ansiedad, miedo); con roles claros o confusos; con flexibilidad social como la aceptación a nuevos integrantes o rigidez estructural; que reconoce el liderazgo del entrenador/a o lo desaprueba en su capacidad para tomar decisiones. Valorar las relaciones interpersonales que se crean en el grupo, estas pueden favorecer o perjudicar la formación del equipo y los resultados en los partidos. Es concientizando sobre aspectos como el compañerismo, la empatía, el respeto y el trabajo en equipo por un objetivo común que va a beneficiar a todos.

 
4 FACTORES QUE DEBE MANEJAR UN ENTRENADOR/A:

1- Comunicación: es clave, permite establecer objetivos individuales y grupales, potenciar al equipo y a cada deportista. Una comunicación directa, franca y sincera de lo decidido tiene un impacto positivo en el grupo, resulta motivacional para el equipo y tiene efectos directos en el deportista.
Pensar como comunicar las decisiones y su impacto en el grupo y en cada jugador. Ya que, aun cause disgusto, ser capitalizada de manera positiva.
Una clara y eficaz comunicación genera la oportunidad para que el grupo se reorganice en pos de su crecimiento. El equipo se fortalezca en roles y relaciones y cada deportista pueda ubicarse.

2- Identidad: saber quién es cada uno y quiénes somos; conociendo las habilidades que se tiene, las que se pueden desarrollar y las debilidades; para potenciar al equipo. Pensar que es tarea exclusiva del entrenador/a marcar fortalezas y debilidades del equipo e individuales es un error. Abstener al deportista de implicarse en el crecimiento del equipo atenta contra el equipo. Ser parte en  roles y decisiones, es una fuente de crecimiento humano y profesional para el deportista y el entrenador/a.

3- Pertenencia: modo de implicación del individuo con el grupo y equipo. Para esto es necesario pensar estrategias que fomenten la participación, abrir tiempos de diálogo, de recreación y espacios de conocimiento entre los integrantes. Según la categoría, puede invitarse a los jugadores de la creación de reglas para que sean más conscientes de la dinámica que tendrán y de las normas, responsabilidades y aportes que tienen o pueden hacer.

4- Cohesión: atracción de los miembros al grupo. A través de ella llegan a identificarse con el grupo y el equipo. Cada uno es responsable por lo que tiene y da; y de que el otro pueda explotar sus potencialidades en beneficio del equipo. Se trata de que cuerpo técnico y deportistas conformen una totalidad que potencie el rendimiento de cada uno y del conjunto. Fuerte como para soportar problemáticas propias del ambiente deportivo. Y flexible para ir incorporando nuevos integrantes, resignificar objetivos y aspirando al mayor crecimiento posible.
 

VARIABLES ESTABLES

  • Horarios de actividades: sostener horarios da estabilidad, permite al grupo moverse con cierta seguridad y libertad.
  • Disposición del lugar: delimitar donde se entrena permite ver a todos y cada uno. Poder observar al grupo, permitirá adquirir gran cantidad de información (relaciones entre jugadores, lenguaje, nivel de cada jugador).
  • Inicios y cierres de momentos libres o recreativos: dejar que el grupo estructure actividades permite observar liderazgos naturales, subgrupos, fragmentación o aislamiento, y otros elementos que en las instancias estructuradas suelen no aparecer.
  • Explicación de pautas y criterios a la hora de tomar decisiones técnicas y tácticas: ayuda a bajar la ansiedad del jugador; elimina rumores negativos. 


 
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BIBLIOGRAFÍA 

  • Lic. En Educación Física Arcy Gisela Montero Segovia. “La Cohesión en los Grupos de Deportistas”.

  • Lic. en Psicología Gustavo Mena. “Grupo, equipo e individuo (Parte I) Elementos de Psicología para deportes colectivos”. BALONMANO. 2019

  • Lic. En Psicología Gustavo Mena. “El grupo, el equipo y el crecimiento del deportista”. BALONMANO. 2019

  • Patri Muñiz Capdet. “¿Como se pueden gestionar las relaciones en un deporte de equipo?”. SEXTO ANILLO. 2018

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